Aunque cada banco tiene sus propios criterios a la hora de analizar la solvencia de sus clientes, la mayoría suelen exigir los mismos requisitos para acceder a una hipoteca.
- El primero de los requisitos consiste en tener parte de dinero ahorrado, concretamente, el equivalente al 30% del precio de la vivienda. Este porcentaje se explica en que los préstamos hipotecarios que conceden la mayoría de las entidades bancarias permiten financiar hasta el 80% del valor del piso o de la casa que se desea comprar, por tanto, hay que disponer del 20% que no permiten financiar además de los gastos que supone la compraventa de una vivienda que suelen ser, dependiendo de cada comunidad, entre el 8 y el 10% del precio de compra
En el caso de que lo que se vaya a comprar sea una segunda residencia, el ahorro tendrá que ser mayor, entre el 40% y el 50% de lo que cueste esa vivienda.
- Para poder pagar las cuotas mensuales de manera holgada, es imprescindible ganar el dinero suficiente que permita abonar esas mensualidades. Este es el segundo requisito que piden los bancos: poder pagar la cuota con el 30% de los ingresos netos mensuales.
- La tercera de las condiciones exigidas por los bancos es la de contar con una situación laboral estable. En la práctica, esto se traduce en contar con un contrato indefinido y cierta antigüedad en la empresa —como mínimo, entre seis meses y dos años—, o bien ser dueño de un negocio viable y con beneficios recurrentes durante los últimos dos años, para el caso de los autónomos.
- En cuarto lugar, también hay que contar con un buen historial crediticio, esto es, carecer de deudas vigentes o tener muy pocas a la hora de pedir la hipoteca.
- Por otra parte, aunque aportar un aval no es un requisito imprescindible para la concesión de una hipoteca, puede darse la ocasión en que la entidad lo pida para tener más seguridad ante las dudas que pueda arrojar un perfil en cuestión. Aquí cabe tener en cuenta que la persona que avale al interesado responderá ante los impagos con todo su patrimonio: desde su salario a sus propiedades, entre otros bienes.