Antes de contratar una hipoteca de debe prestar atención a tres factores: el perfil del solicitante y su solvencia, el contexto económico y el objetivo de la compra.
Circunstancias personales: ¿perfil conservador o amante del riesgo?
La capacidad del futuro propietario para asumir riesgos desempeña un papel decisivo en la elección del tipo de hipoteca. Los perfiles con menor tolerancia y, por tanto, más conservadores, encuentran en la hipoteca a tipo fijo tranquilidad y estabilidad, ya que su cuota mensual no varía, al no estar expuesta a las fluctuaciones del mercado.
Se recomienda esta modalidad a los compradores que prevén que en el futuro aumenten sus gastos al, por ejemplo, formar una familia. También para aquellos que no puedan asumir aumentos en su cuota mensual porque ya está muy ajustada a sus ingresos los organismos oficiales recomiendan que la mensualidad no supere el 30% de su salario y que el nivel de endeudamiento total (incluida la hipoteca y otros préstamos) no supere el 35%.
Por el contrario, las hipotecas a tipo variable, en las que la cuota fluctúa según la evolución del euríbor, son más apropiadas para aquellos que se sientan cómodos asumiendo riesgos o que dispongan de margen para hacer frente a un aumento en la mensualidad, en el caso de que este índice suba.
Contexto económico: euríbor en ascenso y aviso de subida de tipos
El solicitante debe tener en cuenta la coyuntura económica para decidirse por una modalidad u otra de hipoteca.
En este análisis hay un elemento clave: el euríbor. Durante 2021 se mantuvo en niveles históricamente bajos. Cerró el año igual que lo empezó, en el -0,505%. Lo que ofreció a los titulares de hipotecas a tipo variable un precio más reducido que en los años anteriores.
Desde entonces ha comenzado a subir ligeramente. En enero, la cifra escaló hasta el -0,477% y a 15 de febrero se encontraba en -0,341%.
Los expertos prevén que esta tendencia alcista, aunque moderada, se prolongue durante todo el año. No obstante, apuntan que el euríbor continuará en valores negativos, al menos, durante los próximos dos años.
Ante este panorama y con las previsiones actuales, la hipoteca a tipo fijo ofrece ventajas, ya que las cuotas no subirán aunque crezcan los tipos de interés. El efecto de la inflación natural de la economía, que se produce paulatinamente a lo largo de los años, hará además que, en una hipoteca a tipo fijo a 30 años, la cuota cada vez tenga menos impacto en el bolsillo del comprador.
La hipoteca a tipo fijo es la más contratada en España. El 64,3% de los préstamos hipotecarios que se firmaron en noviembre de 2021 fue de esta modalidad, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Objetivo de la compra: ¿para uso habitual, segunda residencia o inversión?
El fin de la compra del inmueble también influye en el tipo de hipoteca que se contrata. No es lo mismo financiarlo para convertirlo en la vivienda habitual que hacerlo como inversión y ponerlo en alquiler.
La primera vez que se contrata una hipoteca suele ser para la compra de la vivienda que se convertirá en el hogar. El perfil del titular suele ser joven, de entre 30 y 45 años y en pleno desarrollo de su carrera profesional. Como se firma a largo plazo, la incertidumbre por los movimientos del mercado es mayor, por eso se tiende a contratar préstamos hipotecarios a tipo fijo.
Las hipotecas para una segunda residencia se contratan normalmente por periodos más cortos, entre 10 y 20 años. Lo mismo ocurre cuando el objetivo de la compra es la inversión, ya que lo más común es buscar la amortización del inmueble.